“Sí, papá, lo sé”, dijo nuestro hijo de 7 años con un tono de queja en su voz. “Y no una sola vez, sino dos veces”.
Entonces, continuamos lavándonos nuestras manos en el baño del restaurante cantando “Cumpleaños Feliz” por segunda vez.
Aunque mi hijo nunca se chupó el dedo, el es uno de esos niños que lucha por mantener sus dedos lejos de su boca. Como padres, confieso, esta es una batalla que elegimos no pelear en los últimos años. Aparte de un recordatorio de vez en cuando para que dejara de comer con sus dedos o de lamerlos, faltaba nuestra consistencia para hacer cumplir las reglas y la tenacidad para romper el hábito.
Sin embargo, cuando el novedoso coronavirus, o COVID-19, se convirtió no solo en una pandemia global, sino en una realidad local confirmada, tuvimos razones para comenzar a ser más consistentes en la forma en que criamos a nuestros hijos en torno a una higiene adecuada.
Y debo decir que no ha tomado tanto tiempo para que se mantengan los
comportamientos de buena higiene. Nuestros hijos solo necesitaban padres que apliquen hábitos que fuesen buenos para ellos.
Así es como empiezo casi cada conversación cuando se trata de “criar” a nuestros hijos — hacen lo que hacemos, no lo que decimos.
Cuando estudiamos los datos, podemos resumir toda las investigación de la crianza en sola conclusión principal: nuestros hijos se convierten en quienes nosotros somos.
Dicho esto, aquí hay cuatro formas para poder hablar con nuestros hijos sobre COVID-19.
1. NO PROLONGUES EL MIEDO.
En tiempos de crisis, la mayor necesidad de nuestros hijos es sentirse seguros. En mi libro Casa Segura ( Safe House) , escribo que estar concientes como padres de lo que sentimos y por qué nos sentimos de esa manera, es crucial para la seguridad de nuestros hijos.
En otras palabras, no esperes que tus hijos se mantengan tranquilos sobre el coronavirus mientras intentas frenéticamente decirles que todo estará bien. Nuestros niños sienten la discrepancia.
Peor aún, el miedo cae sobre ellos de maneras que no pueden comprender porque sus padres, la única persona con la que nuestros hijos deberían poder hablar sobre cómo se sienten, están enviando el mensaje de que él o ella no puede manejar sus sentimientos, de todos modos.
Si tienes miedo sobre lo que está sucediendo, busca un amigo, un pastor o un terapeuta de confianza que pueda ayudarte a procesar tu miedo.
2. CON PRUDENCIA, HAZ QUE LOS NIÑOS SEAN PARTE DE TU PLAN DE ACCIÓN
Hace aproximadamente dos semanas nos abastecimos de suministros y alimentos para el hogar en caso de que estuviéramos en cuarentena durante dos semanas. Les dijimos a nuestros hijos que era una posibilidad y por qué.
Menos de una semana después, el distrito escolar de nuestros hijos cerró y desde entonces permanece cerrado. ¿Estaban preparados nuestros hijos? Si. ¿Están asustados? No. Porque teníamos un plan de acción.
De una manera apropiada para su edad, haz que tus hijos formen parte de tu estrategia para no reaccionar de forma exagerada ni de manera liviana a la realidad del coronavirus.
Mantengamos la prudencia mientras hablamos con nuestros hijos. Para enseñarles a nuestros hijos la importancia de no reaccionar exageradamente ni de manera inadecuada hemos repetido estos dos versículos en nuestro hogar últimamente:
El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. – (Proverbios 27:12)
El prudente actúa con cordura, pero el necio se jacta de su necedad – (Proverbios 13:16)
Ser prudente es tener ya un plan listo para su familia en caso de recibir una llamada de que la escuela ha sido cancelada; especialmente si tanto usted como su cónyuge trabajan.
Ayudar a sus hijos a saber de antemano el plan de acción para tales circunstancias contribuye a calmar su mente cuando se interrumpe la rutina normal.
3. ENSÉÑALE A TUS HIJOS DATOS CONCRETOS.
Así como tener un plan de acción calma nuestro miedo, el conocimiento lo hace también.
Podemos “actuar con conocimiento” a pesar de la inminente realidad del coronavirus: Marca y revisa el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés). El CDC ha hecho un trabajo notable al exponer los datos y mantenerlo actualizado.
Aquí hay algunos datos que hemos encontrado increíblemente útiles para calmar los temores de los niños.
● Hasta el 28 de febrero de 2020, sólo el 2.4% del total de casos de coronavirus se habían confirmado en los jóvenes menores de 19 años y solo el 0.2% de esos casos se consideraron críticos. (Organización Mundial de la Salud <<OMS>> )
● No se han reportado muertes de niños menores de 9 años. (OMS)
● Al igual que las epidemias de SARS y MERS, los niños parecen ser los menos que padecen síntomas. Sin embargo, pueden portarlo e infectar a los adultos de su alrededor, por eso las medidas de lavado de manos son tan importantes. (OMS)
● La mayoría de las personas que desarrollan el virus experimentan síntomas leves a moderados y se recuperan en unas pocas semanas.
● Para protegerte a ti mismo y a los demás imprime las pautas del CDC y pónlas en tu casa. Mejor aún, haz que tus hijos creen sus propios dibujos y reglas para una higiene saludable.
Finalmente, dado a que la canción “Cumpleaños Feliz” se estaba haciendo bastante repetitiva en nuestra casa, convertimos el lavado de manos en una rutina de baile, cantando canciones que a nuestra familia le encantan por lo menos 30 segundos.
4. HAZ LA ORACIÓN UNA PRIORIDAD.
Los niños pueden preocuparse por ti, o incluso por sus abuelos, ya que corren el mayor riesgo de contraer el coronavirus.
Cuando tus hijos se preocupen, debes escuchar su miedo, tratar de comprender las preguntas que hacen, recordarles lo que ya estás haciendo para mantenerse a salvo y ayudarlos a recuperar el poder sobre el miedo, ya sea a través del conocimiento o al hablar sobre ello.
También puedes invitarlos a orar contigo y a expresar sus temores a Dios. Nosotros oramos específicamente el Salmo 91 con nuestros hijos, un capítulo perfecto para la pandemia actual.
Se prudente, elabora un plan de acción y conoce los datos importantes. Pero al final del día, muéstrale a tus hijos cómo oras, que confías en que Dios es el que tiene el control de todo.
JOSHUA STRAUB, Ph.D. (@joshuastraub) es profesor de desarrollo infantil y autor de dos libros sobre seguridad emocional en la crianza de los hijos, incluyendo un libro para niños llamado What am I feeling? (¿Qué estoy sintiendo?) en coautoría con su esposa, Christi. Josh es estratega de matrimonio y familia de Lifeway.
Francisco Juarbe says
Gracias por compatir.
Angel Ortiz says
Gracias, Francisco.
Angel Ortiz says
Gracias.
Lizbeth Guidini says
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Info de la
Pago a de ustedes
Angel Ortiz says
Lizbeth, no entiendo lo que necesitas. Si se trata de comprar algún recurso, por favor contacta a Servicios al cliente.
Angel Ortiz says
Gracias por compartir.
Angel Ortiz says
Gracias.